Walkyria Fagundes, Diploma de Pastelería de Le Cordon Bleu Madrid, es copropietaria del restaurante AE cozinha situado en Sao Paulo (Brasil). Un restaurante en el que han buscado crear un ambiente acogedor para que todos los comensales disfruten con su cocina.

La antigua alumna, con formación también en cocina, siempre tuvo la ambición de poder abrir su propio negocio. Tras su paso por la Escuela, volvió a Brasil, su país natal, donde tuvo la oportunidad de trabajar en varios restaurantes. Como nos cuenta, “con el tiempo, empecé a cansarme de trabajar para otros y junto con un compañero de un restaurante en el que estuve trabajando decidimos fundar un cáterin para atender eventos”.

A pesar de ello, pasado un tiempo decidió volver a nuestro país para seguir aprendiendo, lo que le llevó a trabajar primero en el restaurante Nerua y después en Quique Dacosta. La cocinera y pastelera se llevó todo ese aprendizaje de nuevo a su país para retomar de nuevo la actividad del cáterin. Tras un año de gran éxito, y con toda la experiencia acumulada, decidieron dar un paso más allá y abrir su propio restaurante, un objetivo que siempre había estado presente. Y así nació AE cozinha.

En su restaurante buscaron romper con el aspecto clásico de los locales y crear un ambiente familiar. Por ello, cuidaron detalles como el menaje, en el que utilizan piezas clásicas presentes en muchos hogares de Brasil, o la propia decoración del local. Como nos explica, “no queríamos un restaurante con aspecto de restaurante, sino que las personas lleguen y se sientan en casa”.

En su restaurante ha podido implementar muchas de las enseñanzas aprendidas en la Escuela. Unas bases técnicas que le han permitido convertirse en la pastelera que es actualmente. Aunque no ofrecen platos típicos del país, ha buscado combinar su formación en Pastelería francesa con ingredientes locales para ofrecer elaboraciones innovadoras buscando, como nos explica, “plasmar nuestras vivencias en nuestros platos”.

El local, abierto en marzo de 2019, ya ha conseguido hacerse un hueco en la oferta de restaurantes de la zona. Aunque sabe que están en el buen camino saben que deben seguir trabajando para mejorar en todos los aspectos. Como nos explica, “abrir tu propio restaurante es arduo, pero, cuando empiezas a ver el reconocimiento de que estás yendo bien es una felicidad muy grande”.