Javier Velázquez : “Estoy feliz y orgulloso del camino profesional que estoy siguiendo”

Los servicios médicos de todo nuestro país están viviendo una situación muy complicada debido a la crisis del Covid-19. La falta de espacio donde alojar a los enfermos llevó a la Comunidad de Madrid a finales de marzo a abrir un hospital de campaña en el recinto ferial de IFEMA. Un recinto cuyo cierre, el pasado 1 de mayo, sirvió para alojar a numerosos enfermos que necesitaban tratamiento médico debido al coronavirus.

Javier Velázquez, alumno del programa de Cocina Española, fue una de las personas que, a través de su trabajo como cocinero, puso su granito de arena para mejorar la situación. Javier trabaja en el catering Vilaplana – del grupo Compass – que fue la empresa que contaba con la concesión administrativa del hospital de campaña para poder dar servicio de comidas a todos los afectados.

Como nos contó, tuvo que trabajar tanto en las cocinas centrales como las habilitadas en los diferentes pabellones preparando los menús diarios servidos a todos los afectados ingresados en el hospital. Esta labor, en cualquier hospital, es de vital importancia ya que deben atender a las diferentes dietas de los pacientes. A pesar de lo duro de la situación, intentó sacar el lado más positivo. Como dice “me lo da la cocina, por lo que me está permitiendo confirmar mi pasión por ella; ya que mi día a día lo dedico a seguir formándome en esto”. El tener la oportunidad de trabajar en el hospital de IFEMA, además, le permitió ver, día a día, la humanidad de la gente de a pie, la solidaridad de la ciudadanía y la conciencia social.

En su opinión, la cocina está ayudando a mucha gente a desconectar de la situación tan difícil que vivimos. Es fácil ver como, a través de las redes sociales, “un montón de personas se animan a compartir sus experiencias culinarias y hacen que dejemos de pensar al menos por un momento en esta situación que estamos pasando”.

Javier acaba de finalizar el Certificado intermedio de Cocina Española. El joven dejó atrás un trabajo de oficina en Dublín para apostar por la cocina. Tras informarse sobre sus diferentes opciones, el prestigio de la Escuela y las buenas referencias que obtuvo de antiguos alumnos le llevaron a decidirse por Le Cordon Bleu Madrid.

El joven cocinero todavía no tiene claro el camino a seguir cuando finalice su Diploma. Una de sus ideas es tener la oportunidad de viajar a otra ciudad para seguir aprendiendo mientras realiza sus prácticas formativas.

Aunque no descarta con el tiempo abrir su propio negocio, sabe que la situación actual va a obligar a muchas personas del sector a reinventarse y, en su opinión, “las redes sociales e internet es dónde puede estar la clave”, y no quiere cerrarse ninguna puerta. Como afirma “por ahora, estoy feliz y orgulloso del camino profesional que estoy siguiendo, y espero poder encontrar oportunidades que me permitan crecer en él” .