El paso de nuestros alumnos por la Escuela muchas veces genera sinergias que dan lugar a proyectos interesantes y prometedores. El ejemplo perfecto es Tábatha Pastelería, de los alumni Uriel Aguirrezabala e Isis González. Aunque no compartieron aulas durante su formación en la Escuela, ambos trabajaron juntos durante las prácticas formativas y la conexión que se generaron les llevó a unirse para fundar Tábatha pastelería.

En su propuesta han logrado plasmar lo aprendido durante su formación y ofrecer a todos sus clientes productos de calidad, elaborados con mimo. Además de comercializar tartas por encargo también imparten cursos de pastelería y repostería creativa. Como nos explican, “el negocio nació de la idea de darle a todas las personas la posibilidad de descubrir las distintas maneras de ser feliz con el dulce y de las sensaciones, de los recuerdos y emociones que se generan cuando pruebas un postre elaborado con cariño”.

Y precisamente, esas ganas de hacer felices a sus clientes es lo que les llevó a ofrecer numerosos conceptos culinarios en un mismo lugar: pastelería de autor, vegana, saludable, americana y a medida; algo que les ha permitido diferenciarse de otros negocios.

Ambos apostaron por Le Cordon Bleu para su formación por su prestigio internacional, su método de enseñanza y el alto nivel de sus chefs formadores. Como explica Isis, “tus profesores son los mejores y además se preocupan por enseñar no sólo una receta y las técnicas, sino enseñarte la ética profesional, despertar en ti la curiosidad gastronómica y entender que la cocina es un arte y una disciplina que te lleva a alcanzar resultados increíbles”.

Para Uriel, su paso por la Escuela fue la semilla de lo que más tarde sería su negocio. Como afirma, “en Le Cordon Bleu Madrid aprendí las buenas bases de la repostería, sin la Escuela no lo hubiera conseguido”. Isis coincide. Para ella, la experiencia en la Escuela la ha convertido en la chef pastelera que es hoy en día, siendo responsable de sus “bases profesionales y de darme todas las herramientas para desarrollarme profesional y creativamente”. Una apuesta que sin dudarlo repetirían ya que, como nos cuenta Uriel, “gracias a ella estamos hoy hablando aquí del éxito con vosotros”.

Isis y Uriel hacen un balance muy positivo de todo lo conseguido desde la apertura de Tábatha Pastelería. A pesar del reto que supone abrir un negocio propio, han conseguido afianzar una “familia de clientes maravillosa”, como afirma Isis.