Precalentar el horno a 180ºC. Engrasar y enharinar el molde con forma de corazón. Si no se dispone, puede utilizarse un mode redondo de 24 cm de diámetro.

Derretir el chocolate y la mantequilla a baño María y mezclar. Batir las yemas de huevo y añadir 75 g de azúcar hasta que tomen un color pálido y aumenten su volumen. En otro recipiente, montar las claras de huevo e ir añadiendo poco a poco el azúcar restante hasta que estén brillantes y a punto de nieve (formen picos).

Verter la harina tamizada sobre la mezcla de yemas de huevo y azúcar, y unificar. Añadir la mezcla anterior al chocolate con mantequilla e integrar. Verter 1/3 de las claras batidas a la preparación anterior para aligerarla. Después, con cuidado, agregar el resto con movimientos envolventes en dos veces.

Dejar reposar la masa de la tarta 5 minutos antes de verterla en el molde. Hornear durante 40 minutos. Enfriar sobre una rejilla antes de dar la vuelta a la tarta. Después, enfriar en nevera durante 20 minutos.

Picar el chocolate en trozos grandes y poner en un bol. Calentar la nata en una cacerola pequeña hasta que rompa a hervir y añadir el chocolate. Mezclar hasta que esté completamente integrado.

Retirar la ganache del fuego y dejar reposar 10 minutos a temperatura ambiente hasta que pueda extenderse fácilmente. Cuando la tarta de chocolate esté fría y más dura, cortar la parte superior con un cuchillo de sierra largo con movimientos de sierra para nivelarlo.

Verter la ganache sobre la tarta, cubriendo toda su superficie. Dejar enfriar durante 30 minutos en la nevera hasta que se endurezca. Decorar con las frutas elegidas.

Nota: la tarta puede mantenerse refrigerada 2 o 3 días. Además, puede servirse con crema inglesa o nata montada.